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Órgano de San Bartolomé de Bidania

Disposición de registros

Grand Orgue                                         

Bourdon

Montre

Flûte Harmonique

Salicional

Bourdon

Prestant

Tuba Magna

Clairon

 

 

 

Pedal

 

Soubasse

Basse

Bourdon

 

​

 

16'

8'

8'

8'

8'

4'

8'

4'

 

 

​

 

16'

8'

8'

 

Recit

 

Flûte Traversière

Cor de Nuit

Viole de Gambe

Voix Céleste

Flûte Octaviente

Nasard

Flautino

Trompette

Basson-Hautbois

Clarinette

Voix Humaine

​

 

8'

8'

8'

8'

4'

2â…”'

2'

8'

8'

8'

8'

Dos teclados manuales de 56 notas (C-g5) y pedalero de 30 notas (C0-f).

Acoplamientos y recursos: I/P, II/P, II/I, Octavas Agudas II/I y Octavas Graves II/I; Llamada y Anulador de Lengüetería al I, y Llamada y Anulador de Lengüetería al II; Llamada a Fagot-Oboe y Voz Humana; Expresión al II; Trueno y Trémolo al II.

Diapasón: 415 Hz. a 15º C y una presión de 100 mm.

Historia

 

En 1898, Aristide Cavailé-Coll —un año antes de su fallecimiento— dejó definitivamente la dirección de sus talleres en manos de Charles Mutin, quien ya estaba al cargo desde hacía ya unos años. Primeramente la intención de Aristide Cavaillé-Coll fue la de dejar la sucesión bien a uno de sus hijos, o bien al armonista Gabriel Reinburg, casado este último con la hija de Vicent Cavaillé-Coll —hermano mayor de Aristide—. Sin embargo, ambos murieron prematuramente, y finalmente fue Charles Mutin quien quedó como sucesor de la prestigiosa firma organera, dirigiéndola desde 1898 hasta 1924. Se dice que durante algunos años, Mutin siguió identificando los órganos producidos en sus talleres con la placa «Cavaillé-Coll à Paris», en la que únicamente desapareció la inicial de su antecesor, Aristide; a los membretes añadirá la coletilla «Charles Mutin, sucesor», lo cual indica el interés de Mutin por asegurar el liderazgo de la firma después de la muerte de Aristide, manteniendo todavía su nombre.

 

Los órganos de Cavaillé-Coll habían arraigado sólidamente en el País Vasco, y por lo tanto es lógico que su sucesor quisiera mantenerlo a toda costa. Sin embargo, por diferentes motivos, se produjo un notable descenso de las ventas, pues sólo consiguió instalar 8 órganos en los 26 años posteriores a la desaparición del fundador. Según se indica en el artículo Órganos Franceses en el País Vasco y Navarra (1855-1925), publicado en 1994 por Françoise Clastrier y Óscar Candendo en los Cuadernos de Sección de Música de Eusko Ikaskuntza [pág. 171], quizás este hecho sea debido a que tanto Fernand Prince como Chalres Carloni —principales representantes de la casa Cavaillé-Coll en España—, abandonaron la empresa dirigida por Charles Mutin. Principalmente, al abandonar Prince los talleres Cavaillé-Coll, las Parroquias del País Vasco prefirieron contar con él para asegurar el mantenimiento y el cuidado de sus instrumentos. A partir de entonces, otras prestigiosas firmas francesas como Didier, Puget o Merklin & Cie. construirían varios órganos importantes en el País Vasco por la mediación de Fernand Prince.


Según queda recogido en el catálogo Órganos de Gipuzkoa/Gipuzkoako Organoak [pág. 231], el órgano de la iglesia de San Bartolomé de Bidania (Bidegoian) fue construido en 1902. Es evidente que, aunque en la etiqueta todavía se incluye la inicial de Aristide, se trata de un órgano construido bajo la dirección de Charles Mutin.  Costó 32 000 francos, sufragados gracias a la donación de la familia Muñoa, y fue inaugurado el 28 de diciembre de 1902. Se dice que se hizo venir desde París al maestro Luois Vierne. En Irún debía estar esperando Mr. Gressier, encargado del montaje del órgano, quien se retrasó. Vierne, al encontrarse sólo en la estación y sin nadie que le pudiera informar sobre dónde estaba Bidania, decidió regresar a París.

 

 

 

Restauración

 

Si bien en un principio fue aprobado y aceptado nuestro proyecto de restauración integral del instrumento, el mismo fue abortado en parte por motivo de la crisis económica que ha azotado el país durante estos últimos años, perdiéndose la subvención asignada por la Diputación Foral de Gipuzkoa. Paralelamente, dentro del turbio ambiente creado por la incierta crisis económica, fueron aflorando cada vez con más frecuencia los solapados casos de caciquismo y corrupción política, y así la concesión del órgano de Bidania se vio también envuelta en una mezcla de cinismo y cretinidad que, más que la crisis en sí misma, contrubuyó deliberadamente a la pérdida de dicha subvención. No obstante, a pesar de las adversidades, la Comisión Parroquial trató de recuperar la cantidad asignada inicialmente por la Diputación; y aunque sus esfuerzos no fueron en vano, para entonces resultó inevitable salvarse de los drásticos recortes institucionales que obligaron a readaptar el proyecto a las restricciones impuestas por la nueva situación.

 

El órgano de Bidania se encontraba en una situación en la que ya no era posible detener el avance de su deterioro. Los problemas a resolver eran diversos, pues las principales deficiencias afectaban directamente a las partes más vitales del instrumento, como eran, entre otras cosas, los secretos y los fuelles, notablemente deteriorados a causa de la humedad. Si inicialmente se planteó desmontar el órgano en su totalidad —a excepción del mueble— y trasladar todas sus partes a nuestro taller para proceder a su correcta restauración, tras el recorte presupuestario únicamente se hizo el traslado de los dos fuelles depósito, los cuales fueron restaurados en su integridad. El resto del material fue reparado y acondicionado en la misma iglesia. Así todo, toda la tubería fue apeada para proceder a su limpieza y reparación, quedando únicamente montados en el órgano los secretos principales, el secreto neumático auxiliar del Gran Órgano y la transmisión de notas junto con los teclados y los tableros de reducción.

 

Aunque los secretos se encontraban todavía en unas condiciones de uso aceptables, presentaban multitud de deficiencias derivadas principalmente de la gran cantidad de polvo suciedad procedentes del muro en el que se encuentra adosado el instrumento, y desprendido a causa de la elevada humedad y que se había ido acumulando con el paso de los años. Asimimso, se observaban tanto escapes y disipaciones de aire como traspasos entre notas, lo cual mermaba seriamente la capacidad y el rendimiento del instrumento. La construcción original de los secretos era correcta. Aunque el deterioro de los materiales afectaba seriamente a su estanqueidad Particularmente, muchos de los repasos existentes en el Recitativo estaban causado por el desencolamiento de una de las tablas de la mesa del secreto originada por la humedad. Algunos de los tubos ubicados sobre los secretillos neumáticos auxiliares, tendían a quedar sonando debido a las continuas disipaciones de aire producidas por el deficiente estado de las válvulas o ventillas del secreto principal. El resultado sonoro era siempre inestable y perezoso, ya que nunca era posible eliminar por completo dichas disipaciones. Para solucionar todos estos inconvenientes, fue necesario desmontar parcialmente los secretos, y sanear en la medida de lo posible todos sus elementos, comenzando por las arcas de vientos, mesas, tapas, correderas, falsas correderas, ventillas, muelles, tetillas...) y corregir de raíz todo este tipo de deficiencias. En este proceso se sustituyó sistemáticamente toda la tornillería, y muchos de los componentes metálicos, principalmente aquellos elementos considerados de vital importancia, fueron desoxidados y tratados contra la corrosión.

 

Tanto la transmisión de notas como la de registros funcionaban de forma más o menos aceptable, a pesar de las irregularidades que se observaban. Así, por motivos de accesibilidad y tras el recorte presupuestario convenimos en desmontar únicamente la transmisión de registros y dejar montadas las transmisiones de notas tanto la existente en el interior del órgano como en la consola. En general se encontraban extremadamente sucias, lo cual provocaba el endurecimiento y el agarrotamiento tanto de los teclados como de los registros. Para paliar los inconvenientes derivados de este problema, se limpiaron en la medida de lo posible los tableros de reducción, se corregieron las holguras producidas por el uso, los componentes metálicos más vitales fueron desoxidados y tratados contra la corrosión, y finalmente se ajustaron y regularos todos los mecanismos que regulan los teclados manuales, pedalero, pisas de acoplamiento, tiradores de registro, etc. En cuanto a la transmisión neumática destinada a los secretillos auxiliares, se verificaron todos los tubulares y se procedió a cambiar todos aquellos elementos neumáticos defectuoso, como: palancas neumáticas, válvulas, arandelas de fieltro, tuercas de cuero, etc.

 

Sin lugar a dudas, la fuellería era la parte más deficiente del instrumento, pues al estar adosada a uno de los muros del coro resultaba imposible acceder a uno de los costados de los fuelles para realizar cualquier tipo de reparación. Por este motivo, si queríamos obtener unos resultados mínimos de nuestra intervención, consideramos indispensable abordar la restauración integral de esta parte de órgano. En el momento que cesaba el suministro del aire desde el moto-ventilador, los fuelles depósito caían rápidamente, lo cual ponía de manifiesto la existencia de considerables disipaciones a causa de su deficiente estanqueidad. En este sentido se observaba que en muchas zonas la piel se encontraba desencolada y a punto de desprenderse a causa de la humedad. Asimismo, y por este mismo motivo, las tablas que conforman tapas de los fuelles tenían la tendencia a separarse entre sí por el debilitamiento de sus encoladuras. Por este motivo, se convino en desmontar los fuelles íntegramente con objeto de restaurarlos debidamente, sustituyendo el revestimiento de papel y todo el guarnecido de piel. Para ello se utilizó piel baldés y papel de primera calidad, y todas sus piezas fueron unidas con cola fuerte tradicional de origen animal.

 

Por lo que respecta a los porta-vientos extensibles que unen los fuelles depósito con los secretos, se procedió asimismo a su restauración aprovechando su material y sustituyendo el guarnecido de piel y los revestimientos de papel. Por otro lado, se han construido nuevos los porta-vientos de madera destinados al abastecimiento del aire de ambos depósitos desde su conexión con el moto-ventilador. Este último, a pesar de que sus prestaciones son adecuadas en cuanto a caudal y presión de aire, además de ser muy grande resultaba excesivamente ruidoso. Su instalación y estado de conservación era también deficiente por no reunir las condiciones de seguridad reglamentarias, según la normativa vigente para instalaciones eléctricas contenidas en el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión. Por ello, tratamos de sustituirlo por un nuevo moto-ventilador de prestaciones similares, pero de volumen más reducido y mucho más silencioso. Una vez más, debido a las restricciones económicas, nos vimos obligados a reparar y revisar el moto-ventilador existente, el cual lo colocamos una dentro de una nueva caja de insonorización, construida a su medida, que a su ves preservase de la absorción de polvo y suciedad hacia en interior del órgano.

 

En cuanto a la tubería, ésta presentaba un estado de conservación excelente. Únicamente en algunas hileras, además de observase pequeñas abolladuras, rajas, roturas y deficiencias causadas por procedimientos no adecuados en la afinación, se detectó la manipulación para aumentar los orificios de entrada de los pies de los tubos. La justificación de dicha manipulación puede estar justificada en el decaimiento progresivo sufrido por el órgano, que al verse privado del aire necesario, se intentó aumentar las perforaciones de la tubería con objeto de «favorecer» su sonoridad. Después de proceder a su limpieza y a la reparación de dichas deficiencias, se efectuó regulación y afinación general en el órgano.

 

Finalmente, tanto el estado de la caja como el de la consola era aceptable, por lo cual nuestro trabajo simplemente consistió en una limpieza a fondo, tras lo cual se aplicó un ligero toque de a base de cera natural.

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