Órgano de San Bartolomé de Lumbreras
Disposición de registros
mano izquierda
Flautado de 13
Octava
Docena
Quincena
Decinovena
Lleno (3h)
Címbala (3h)
Trompeta Real
Dulzainas
Bajoncillo
mano derecha
Flautado de 13
Octava
Docena
Quincena-Decinovena
Lleno (3h)
Címbala (3h)
Corneta Clara (5h)
Corneta en Ecos
Trompeta Magna
Trompeta Real
Dulzainas
Clarín
Un teclado manual de 42 notas (C-a2), con octava corta y registros partidos entre entre c1 y c♯1.
Registros de adorno: Pájaros y Tambor.
Temperamento mesotónico clásico a ¼ de comma.
Diapasón: 428 Hz. a 20º C y una presión de 65 mm.
Historia
Posiblemente el órgano de Lumbreras se presenta como uno de los ejemplares más interesantes del patrimonio de La Rioja, no solo por lo que a su antigüedad se refiere, sino por tratarse de uno de los escasos instrumentos que ha mantenido su autenticidad de estilo casi intacta a lo largo de tres siglos. Lamentablemente, las referencias documentales acerca del mismo son muy escasas. Las primeras noticias recopiladas por Dn. Pedro Francia datan de comienzos XVIII, precisamente cuando entre los años 1700 y 1705 se le pagan 300 reales a Manuel Gil por su salario como organista. Sin embargo, el órgano utilizado por Manuel Gil por aquellos años no era el que conocemos actualmente, sino otro anterior, pues sabemos que en 1713 las autoridades competentes manifestaban abiertamente la necesidad de construir un órgano nuevo, alegando que el que entonces existía no tenía «voces ni registros, y que diferentes devotos, así eclesiásticos como seglares, ofrec[ía]n algunas limosnas para hacer uno competente». Aunque desconocemos la fecha exacta de su construcción, es evidente que el proyecto se llevó a cabo en los años sucesivos, puesto que en 1718 se registra en los Libros de Fábrica el paso de Diego de Orío y Tejada, a quien se le pagaron 88 reales por afinar el órgano. A pesar de las lagunas documentales, cabe suponer que dicho órgano fuera construido entre 1713 y 1718 por este mismo artífice, quien presumiblemente se encargaría de su cuidado durante los años posteriores a su instalación. Las pocas alteraciones sufridas por el instrumento es muy posible que fueran efectuadas en una intervención realizada entre 1764 y 1766, en cuya ocasión se sugirió la presencia de un organero para reconocer el órgano y lo «ponga en el debido estado». En ningún caso, el órgano sufrió transformación alguna, ya que únicamente se emplearon 630 reales para «componerlo».
Restauración
El resultado de la restauración... , en la que se hace destacar, entre otras cosas, la calidad del sonido de la lengüetería exterior de fachada.