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Órgano de la Capilla Gótica de la Universidad de Deusto

Disposición de registros

Gran Órgano                                        

Principal

Flûte

Bourdon

Gamba

Octav

Mixtur (4f)

Trompete

​

 

 

Pedal

 

Subbass

Violon[celo]

 

​

 

8'

8'

8'

8'

4'

2'

8'

 

 

 

​

 

16'

8'

Recitativo

 

Cor de Nuit

Salicional

Voix Celeste

Flauto Dolce

Trompeta Armónica

​

 

 

 

8'

8'

8'

4'

8'

Dos teclados manuales de 56 notas (C-g5) y pedalero de 30 notas (C0-f).

Acoplamientos y recursos: I/P, II/I; Combinaciones fijas (y Tutti); Expresión al II; y Trémolo al II.

Diapasón: 435 Hz. a 18º C y una presión de 80 mm.

​

NOTA: Originalmente el órgano contaba con doce juegos. En 1916, en una reforma realizada por un organero de Azpetia que desconocemos, se añadieron los registros de Trompeta 8' y Cor de Nuit 8' del segundo teclado. Asimismo, en esta misma intervención se sustituyó la Trompeta 8' original por otra de nueva factura, y se intercambiaron de lugar los registros de Gamba 8' y Salicional 8', pasando el primero del Gran Órgano al Recitativo para ocupar el lugar del Salicional 8' y viceversa.

Historia

​

La presencia de la organería alemana en España, o, mejor dicho, en territorio español, viene a coincidir precisamente con la instalación de los primeros órganos románticos de procedencia francesa, como son el órgano Cavaillé-Coll de Lekeitio (1854) y el Merklin-Schütze de la catedral de Murcia (1857). Este hecho tuvo su origen de manera un tanto fortuita y casual cuando en agosto de 1857, al mes de haberse inaugurado el monumental órgano de la catedral de Murcia, llegaban a Valencia los hermanos Richard Paul y Gustav Adolf Ibach. Después de haber instalado varios órganos en La Habana, se les confió la misión de visitar España con el fin de «observar las particularidades de nuestros órganos y el de adoptarlas en los que quedaban por construir en dicho país». Con este cometido examinaron varios órganos destacados, entre ellos los de las catedrales de Valencia y de Barcelona. Durante dicha visita los hermanos Ibach estuvieron acompañados por «el distinguido artista español avecindado en La Habana», Juan Comellas, que al mes siguiente de haber examinado el órgano de la catedral de Valencia se hallaban en Barcelona con el mismo fin.

 

Debemos tener presente que en el momento histórico al que nos estamos refiriendo, Cuba era una colonia española. Allí Cavaillé-Coll tuvo menos suerte que en España, pues sólo envió un pequeño órgano de 4 registros destinado al Teatro Tacón de La Habana en 1872, instrumento mucho menos importante que el instalado previamente por Merklin en la catedral de dicha ciudad en 1864. No obstante, la firma que estaba acaparando toda la atención en la capital cubana, en cuanto a construcción de órganos se refiere, era la alemana Ibach. Para cuando los hermanos Ibach hicieron su aparición en Valencia en 1857, ya habían colocado por lo menos tres órganos en La Habana (concretamente entre 1854 y 1855); y durante los cinco años siguientes construyeron otros ocho órganos más, también para La Habana, además de un pequeño instrumento de cinco registros enviado a Cáceres, posiblemente el primero que fue instalado en España.

 

El tiempo invertido por los hermanos Ibach en Valencia no fue en balde. Tras un detenido y minucioso examen del órgano grande de la catedral, elaboraron «desinteresadamente» un plan para su reforma, que fue enviado al organista Pascual Pérez Gascón. Éste, después de examinar el proyecto, comparó la disposición planteada por la casa alemana con la del órgano recién inaugurado de la catedral de Murcia, que satisfacía plenamente sus deseos «por su mayor variedad y número en los registros de armonía». A diferencia de los órganos instalados hasta entonces en España por Cavaillé-Coll y Merklin, la propuesta de Richard Paul Ibach fue enfocada como un compromiso de integración de dos tradiciones organeras tan dispares como lo eran la alemana y la española. Entre las características más destacables señaladas por Pascual Pérez Gascón, habría que mencionar la nueva distribución de registros de fondo, «que despliegan la majestuosa plenitud y fuerza de sonidos que tanto se celebran en los órganos de Alemania, y también los de más pequeña talla que en dichos órganos impresiona del modo más suave y delicado». Sin embargo, se seguían manteniendo los registros de «mutación o de armonía así como los de lengüetería, y que son los que más particularmente caracterizan a los órganos españoles». El órgano se compondría de 54 juegos para los tres teclados manuales y 12 para el Pedal, de los cuales 23 eran completamente nuevos y 43 aprovechados del órgano antiguo; la extensión de los teclados manuales era de 54 notas, y 25 para el pedalero. La propuesta para la reforma del mencionado órgano fue presentada al Cabildo el 10 de diciembre de 1857, y el contrato con la firma alemana fue firmado justo seis meses después, el 10 de mayo de 1858. La noticia de su construcción se difundió por toda España, esperándose que fuera inaugurado para finales de 1860. Tal y como estaba previsto, el órgano de la catedral de Valencia fue entregado en diciembre del citado año, y, como suele ser habitual en estos casos, se introdujeron algunas mejoras y modificaciones no contempladas en el plan original. Fue el órgano más grande de todos los construidos por Ibach. Entre 1860 y 1865, dicha firma instaló otros dos órganos más en un par de conventos de clausura de la región: uno en la misma ciudad de Valencia, de trece registros, y otro de quince en Orihuela.

 

Tras la colocación del citado órgano de Orihuela no volvemos a tener noticia de más órganos construidos por Ibach destinados a España ni a ninguna de sus colonias hasta la década de 1880. Para entonces la empresa organera estaba siendo dirigida por Richard Ibach hijo. Durante este período se instalaron varios instrumentos en España, todos ellos en el Norte: dos en Galicia y otros dos en Bilbao. El primero de los colocados en la capital vizcaína, fue el de la iglesia de San Nicolás, situada en el paseo del Arenal. Este hecho causó, como era de suponer, el enfado del organero vasco Aquilino Amezua, quien en enero de 1883 había enviado desde Barcelona un presupuesto para la construcción del órgano que se proyectaba en dicha parroquia, precisamente donde sus antepasados más inmediatos fueron feligreses antes de que sus padres y hermanos se fueran a vivir a Azpeitia, una vez concluida la primera guerra carlista. El órgano de Ibach fue instalado en 1885, y poco después, entre 1887 y 1892, el de la actual catedral, entonces conocida como iglesia de Santiago. Según nos cuenta José Antonio Arana Martija, la firma Ibach tenía como representante en Bilbao a José Pablo Calvo, quien regentaba un importante establecimiento de música en el nº 8 de la Plaza Nueva, y a través del cual se gestionó la compra de ambos instrumentos, costeados por la benefactora Dª. Casilda de Iturriza Urquijo, viuda de Tomás Epalza, figura clave en la sociedad empresarial que en aquellos mismos años impulsaba lo que sería la futura Universidad de Deusto.

 

Fue en 1885, coincidiendo con la instalación del órgano Ibach de la iglesia de San Nicolás, cuando la firma, también alemana, E. F. Walcker & Cie. de Ludwigsburg irrumpía en España colocando su primer órgano en la iglesia de los Santos Juanes de Bilbao (el Opus nº 464). Casi seguidamente, aunque ya entrado el año 1886, dicha firma instalaría su segundo órgano en la iglesia madrileña de San Ginés, órgano que fue trasladado y colocado en 1997 en el auditorio de la Escuela de Música Jesús Guridi de Vitoria-Gasteiz. Era el Opus nº 469. El tercero sería el Opus nº 482, destinado a la capilla de la Universidad de Deusto, instrumento que data de 1886, según su placa identificativa, o de 1887, si tenemos en cuenta la relación de órganos construidos  por la casa constructora. Es el momento en el que la prestigiosa empresa alemana irrumpe con fuerza en nuestro país, donde entre 1885 y 1947 llegaría a instalar casi medio centenar de órganos. Efectivamente, a partir de 1885 la firma E. F. Walcker & Cie. sería la encargada de tomar el relevo de la empresa regentada por Richard Ibach, pionera en la exportación de órganos alemanes a territorio español, la cual daba sus últimos coletazos en cuanto a construcción de órganos se refiere, para centrar sus esfuerzos en la producción de pianos y armóniums.

 

Como venimos diciendo, aunque la placa indentificativa que se conserva en la consola del instrumento esté fechada en 1886, es muy posible que el mismo no fuera instalado hasta 1887. Este desfase de fechas podría estar justificado en que la Universidad de Deusto, denominada inicialmente como La Enseñanza Católica S. A., fue inaugurada el 25 de septiembre de 1886 en un edificio todavía en obras. Teniendo esto en cuenta, no sería nada extraño que el órgano no fuera colocado en la capilla hasta el año siguiente, a pesar de que sus componentes estuvieran previamente construidos a la espera de ser instalados en su destino. Por aquellas fechas se estaba gestionando asimismo la compra de un órgano para la basílica de Loyola de Azpeitia. Curiosamente, según detalla el P. Venancio Legarra en la Relación de las negociaciones y trabajos realizados para la terminación del Colegio de Loyola 1883-1889, sabemos que el P. Provincial «había pedido a Alemania un órgano pequeño de 3.000 duros para la iglesia del Colegio de Deusto», y que por razones que se desconocen se lo había ofrecido a Ignacio Aldalur, organista de la iglesia parroquial de Azpeitia que a la sazón estaba gestionando el proyecto para la basílica de Loyola. Sin embargo, Aldalur rechazó la propuesta, alegando que el instrumento no era digno para dicha basílica, «y que se necesitaba, cuando menos, un órgano de 7.000 duros». En cualquier caso, el órgano construido por Walcker fue instalado definitivamente en la capilla de la Universidad de Deusto, y en la basílica de Loyola se colocó el flamante órgano Cavaillé-Coll de tres teclados manuales, inaugurado el 10 de junio de 1889 y que todavía podemos admirar.

 

El órgano de la Universidad de Deusto, de dos teclados manuales y pedal, contaba originalmente con doce juegos. Si bien tanto la tubería como el resto de su maquinaria fue construida y traída de Alemania, es muy posible que la caja fuera construida en algún taller de ebanistería local, dado que en su interior se conservan multitud de indicaciones para su montaje escritas en castellano. El diseño de su fachada sabemos que ya había sido utilizado anteriormente para otros instrumentos de características similares, como por ejemplo en el órgano de la iglesia de Santa Felícitas de Buenos Aires de Argentina, cuyo nº de Opus es el 285, y que fue construido en 1873, justo al año siguiente del fallecimiento de Eberhard Friedrich Walcker, quien dió nombre a la empresa fundada por su padre y que posteriormente pasó a ser dirigida por sus hijos Heinrich, Fritz, Paul y Karl. Ambos instrumentos guardan gran similitud tanto en su aspecto externo como en su disposición de registros y su evolución histórica. A semejanza de lo que ocurre con el órgano de Deusto, el órgano de Santa Felícitas de Buenos Aires, aunque fue construido en 1873, no fue inaugurado hasta 1876, precisamente cuando la iglesia fue abierta al culto. Entre las modificaciones introducidas en este órgano cabe destacar, tal como explica el organero Carlos Amadini, el intento de encerrar los tubos del segundo teclado manual en una caja expresiva que nunca fue terminada. Así, teniendo en cuenta la construcción y la manera en la que está integrada la caja expresiva en el órgano de la Universidad de Deusto, esto explicaría la posibilidad de que también la caja expresiva fuera fruto de una ampliación que fue ejecutada durante el primer cuarto del siglo XX; y que la colocación del registro de Voz Celeste fuera de las cajas expresivas no sea una anomalía o un error de concepto, sino una práctica más habitual de lo que pensamos de la tradición organera alemana (o al menos de la casa constructora), tal y como ocurre igualmente en el órgano de Santa María de Durango, construido también por Walcker en 1942, y en el que la Voz Celeste se encuentra en un segundo teclado manual que carece de expresión.

 

Pero volviendo al órgano de Deusto, es evidente que tanto la disposición como las características que definían el segundo manual no terminaban de satisfacer los requerimientos de los organistas que lo tocaban habitualmente, quizás más familiarizados con la estética del órgano romántico francés, cuya influencia estaba ya muy arraigada en nuestro entorno geográfico, por lo cual se decidió reformar dicho compartimento. Esta reforma fue llevada a cabo en 1916 por un organero de Azpeitia que desconocemos, tal y como podemos deducir de una graffiti escrita a lápiz que hemos hallado escrita en una de las molduras de la fachada durante el transcurso de nuestros trabajos de acondicionamiento. El texto puede leerse nítidamente, excepto el nombre de su autor: «¿D. Loinaz? de Azpeitia | 19 de junio de 1916 | Universidad de Deusto». Al mencionar la localidad de Azpeitia, por la época a la que nos referimos, automáticamente pensamos en la posibilidad de que el órgano pudiera haber sido transformado por Eleizgaray y Cía. No obstante, justo en la fecha que se cita, la sociedad creada por Micaela Nazabal, viuda de Aquilino Amezua, conocida como San Ignacio de Loyola. Vda. de Aquilino Amezua, Aragonés, F. Eleizgaray y Cía., se encontraba precisamente en punto muerto tras la marcha de Francisco Aragonés, ocurrida a finales de 1915, y a la espera de la llegada del que sería su nuevo director técnico, el alemán Alberto Merklin, que no tuvo lugar hasta el verano de 1916. Es por ello que dicha intervención fuera realizada por algún operario aventajado de la empresa organera, en un momento en el que el futuro de la misma estaba en juego. En dicha intervención el órgano de Deusto fue transformado de la siguiente manera: por un lado se le añadieron dos juegos nuevos en el segundo teclado manual (Cor de Nuit 8' y Trompeta Armónica 8'); por otro, la Trompeta original colocada por Walcker fue sustituida por otra de nueva factura, muy similar a la añadida en el Recitativo; por último, se intercambiaron las ubicaciones de los registros de Gamba 8' y Salicional 8', pasando este último del Recitativo al Gran Órgano para ser colocado en el lugar de la Gamba 8' y viceversa. La tubería de los nuevos registros fue comprada, muy posiblemente, en Barcelona al tubero de origen francés establecido en la ciudad, Louis Lebatteaux; y como consecuencia de la ampliación, los molinetes que controlan los movimientos de las válvulas del segundo teclado fueron reemplazados para adaptar el órgano a su nueva configuración. La noticia de esta reforma quedó recogida en el libro Universidad de Deusto. Historia 1883-1939 en estos sugerentes términos: «también el órgano de la Capilla de los jóvenes ha sido reformado: se le ha añadido la voz humana; se le han añadido otras diversas teclas, se le han quitado otras dos y otra ha sido modificada, con lo que el instrumento ha alcanzado una mayor perfección».

 

Fue algo después, entre 1923 y 1924, cuando el órgano se vio provisto de «un inyector de aire que funciona mediante un aparato eléctrico». Suponemos que se trata del moto-ventilador que actualmente abastece de aire al instrumento. Desconocemos quién fue el encargado de su instalación. ¿Quizás el organero catalán residente en Azpeitia, Rafael Puignau, a su paso por la Universidad por aquellos mismos años? Lo cierto es que sobre este punto no podemos aclarar gran cosa, pues las descripciones que Puignau detalla en relación a su intervención en sus memorias Una vida organera. Mis obras y mi criterio son totalmente contradictorias con la realidad. Consciente de que «había algunos [otros órganos] en Bilbao del mismo sistema», y teniendo en cuenta que la descripción del órgano de los Santos Juanes que realiza en la misma página de sus memorias es correcta, choca realmente leer sus anotaciones en las que describe tanto el órgano de la Universidad de Deusto como las labores realizadas. Dice así: «Órgano de dos teclados y pedal de 30 notas con unos 12 juegos, siendo su segundo expresivo. Sistema neumático-tubular a aire entrante con secreto de pistón. Repaso de la neumática con cambio de las membranas de sus canutas y afinación general». Lo único que podemos decir al respecto es que Rafael Puignau se equivocó al anotar estos detalles, los cuales fueron redactados en 1964, unos cuarenta años después de haberse llevado a cabo la intervención que erróneamente nos narra. Las transmisiones del órgano de Deusto, al igual que el de los Santos Juanes, son mecánicas, y los secretos de válvulas cónicas o Kegelladen, inventados por E. Friedrich Walcker en 1842.

 

Poco más podemos contar sobre la evolución histórica del órgano de la Universidad de Deusto, salvo que fue puesto a punto una vez terminada la guerra civil española (1936-1939). La proclamación de la Segunda República en 1931 supuso un serio inconveniente para la Universidad, especialmente tras la disolución de la Compañía de Jesús decretada en todo el territorio nacional en 1932. El edificio tuvo que ser desalojado, y durante la contienda civil fue utilizado con fines militares por las milicias socialistas. Durante la liberación de Bilbao por parte de las tropas franquistas, que tuvo lugar el 19 de junio de 1937, en su huida, las milicias socialistas y comunistas intentaron dinamitar el edificio que les había servido como cuartel. No obstante la intervención del futuro lehendakari del Gobierno Vasco, Jesús María Leizaola, evitó que la Universidad quedara reducida a escombros. Por suerte, el órgano no parece que llegó a sufrir grandes daños. A pesar de ello, fue necesaria su reparación y puesta a punto tras ocho largos años de inactividad. Desconocemos quién fue el encargado de esta misión. ¿Quizás algún empleado de Juan Dourte, cuya empresa organera se ubicaba en el barrio vecino de Begoña? La presencia de Dourte en el órgano de Deusto es evidente, dado que en su interior podemos encontrar algunos tubos (no muchos) procedentes de sus talleres, repartidos entre las hileras de la Trompeta 8' del primer teclado y de la Gamba 8' que actualmente se ubica en el Recitativo. En cualquier caso, y todavía a falta de situar cronológicamente los arreglos efectuados por la firma bilbaína, lo cierto es que los trabajos realizados en esta ocasión no fueron muy importantes. Como anécdota, hemos de decir que las labores realizadas no debieron satisfacer demasiado las pretensiones de quien las llevó a cabo, como así lo hizo constar en una graffiti escrita a lápiz en el cerramiento trasero del instrumento que, afortunadamente, permanece oculta tras los tubos más grandes del Pedal: «Este órgano es una mierda | 28-XII-1940 | año de la miseria». Suponemos que era la única manera que tuvo el organero anónimo de desahogarse en aquel fatídico momento.

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